miércoles, 14 de noviembre de 2012

Otra zoonosis: la listeriosis


Hey, bloggeros! Hoy os hablo sobre una zoonosis poco frecuente en humanos pero extremadamente grave. En concreto, os hablo de la Listeriosis, causada por la bacteria  Listeria monocytogenes. Puede transmitirse a través de alimentos contaminados, el suelo, el agua y los animales.
La forma de contaminación más habitual es mediante el consumo de alimentos, crudos o procesados, contaminados por la bacteria. Suelen ser alimentos poco tratados, con mucha vida útil en refrigeración o alimentos sin necesidad de ningún tratamiento (“abrir y listo”). Entre estos están: leche cruda y derivados como el queso, carne cruda o mal cocinada, verduras crudas, patés, quesos frescos.

Cualquiera puede contraer la enfermedad, pero afecta en mayor medida a embarazadas, fetos (las bacterias de una madre infectada pueden atravesar la placenta e infectar al feto en desarrollo), bebés, personas de edad avanzada y pacientes inmunodeprimidos.

Las manifestaciones aparecen tras 5 semanas de la infección (este gran período de incubación dificulta, a menudo, recordar qué alimento pudo haber transmitido la enfermedad).  Los primeros síntomas son fiebre, escalofríos, dolores de cabeza, vómitos y malestar general; es decir, es un primer momento la sintomatología puede confundirse con una gripe normal.

A medida que avanza la infección: en las embarazadas suele producirse el aborto espontáneo o el nacimiento de niños con septicemia (infección de la sangre); en los bebés, se pueden observar síntomas como inapetencia, letargo, ictericia, dificultades respiratorias, sarpullidos, vómitos o shock, ya en los primeros días de vida (si sobreviven a la enfermedad, a menudo presentan daños neurológicos a largo plazo y retraso en el desarrollo); en inmunodeprimidos o personas mayores, hay graves tendencias a sufrir meningitis, endocarditis, neumonías, septicemias, y la mortalidad es casi del 50%; y si el infectado es un adulto sano, puede desarrollar meningitis, meningoencefalitis y trastornos respiratorios.
Punción lumbar para cultivo de LCR
Para diagnosticar una infección por listeria, se realizan exámenes de laboratorio para detectar la presencia de la bacteria (en sangre, en heces, en orina o en líquido amniótico). También es aconsejable realizar un cultivo de LCR (líquido cefalorraquídeo) en el caso de sospechar que la infección ha invadido el sistema nervioso.

Una vez diagnosticada la listeriosis, se administra un tratamiento antibiótico (por ejemplo, ampicilina o trimetoprim con sulfametoxazol), que generalmente dura 3 semanas. Hay que tener en cuenta que el pronóstico suele ser grave en los colectivos más susceptibles, y las tasas de mortalidad son elevadas (sobre todo en fetos y recién nacidos).
Debido a este elevado índice de mortalidad es importantísimo la prevención. Se debe evitar el contacto con animales salvajes y domésticos, así como el consumo de los alimentos que tienen más probabilidad de estar contaminados y preparar correctamente los alimentos en general (lavar frutas y verduras, realizar un buen cocinado de carnes y pescados, etc.). Por otro lado, es aconsejable una buena higiene después de haber manipulado alimentos crudos y limpiar y desinfectar regularmente el refrigerador.

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