martes, 6 de noviembre de 2012

Oncocercosis

La oncocercosis, también conocida como ceguera de los ríos, es la segunda de las principales causas infecciosas de ceguera. Se trata de una enfermedad crónica causada por un gusano nematodo que se transmite a humanos a través de ciertas especies de moscas negras.
Onchocerca volvulus,  el parásito
Este parásito puede vivir hasta 15 años en el cuerpo humano. La forma adulta del parásito permanece en nódulos localizados en el tejido subcutáneo. Las hembras de estos nódulos liberan grandes cantidades de larvas, llamadas microfilarias, que tienen la capacidad de migrar a otras zonas del organismo. Estas inducen una respuesta inflamatorio cuando mueren, ya que liberan unos antígenos específicos que inducen la respuesta inmune del organismo huésped..

El 99% de los casos de oncocercosis se producen en África. En el año 2008 se calculó que unos 18 millones de personas están infectadas y aproximadamente 300.000 han sido permanentemente ciegas. Estas cifras muestran la magnitud del problema de salud que supone esta enfermedad, siendo endémica en más de 30 países de África.
De acuerdo con un informe de la OMS 2002, la oncocercosis no ha causado una sola muerte, pero su carga global es 987.000 años de vida ajustados por discapacidad (AVAD), y se estima que puede llegar a reducir la esperanza de vida hasta 13 años menos, ya que la resistencia a otras enfermedades de la persona infectada, y su inmunidad  se ven reducidas.

SIGNOS Y SÍNTOMAS
Las manifestaciones aparecen tras una exposición prolongada a las picaduras de las moscas negras y a la infestación parasitaria. Las lesiones más severan aparecen en la piel y el los ojos.
Cuando estos gusanos nematodos mueren en el interior del organismo, producen una intensa comezón, hinchazón, erupciones inflamadas y sarpullidos. Para determinar la gravedad de la lesión dermatológica se emplea el siguiente sistema de evaluación:

1. Dermatitis papular: se observan pápulas pruríticas dispersas
2. Dermatitis papular crónica: las pápulas son más notables, resultando en hiperpigmentación
3. Dermatitis liquenificada: las pápulas hiperpigmentadas aparecen con placas. Hay edema, picazón, linfadenopatía e infecciones bacterianas secundarias
4. Atrofia de piel: la piel pierde elasticidad, y suele llamarse «piel de lagarto»
5. Despigmentación: la piel pierde pigmentación, y se conoce como «piel de leopardo»

El compromiso ocular se debe a que el parásito causa una fuerte respuesta del sistema inmunitario que puede destruir los tejidos cercanos, como el ojo. La superficie de la córnea es la más afectada. En esta zona de mayor daño se origina una queratitis punteada que desaparece cuando el cuadro clínico mejora. Sin embargo, si la infección se vuelve crónica, puede aparecer una queratitis esclerosante y, con el tiempo, la córnea se vuelve ompletamente opaca, produciendo la ceguera.



TRATAMIENTO
El tratamiento a menudo implica la administración de ivermectina. Por norma general, esta enfermedad es tratada en una comunidad al mismo tiempo, ya que con ello se logra un mayor efecto y se reduce más facilmente la transmisión del parásito. Una sola dosis de este tratamiento puede matar a la primera etapa de las larvas (microfilarias) en las personas infectadas y previene la transmisión de muchos meses en el resto de la población. Existen también otros medicamentos alternativos, pero actualmente este es el más eficaz.

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